puertaquince

viernes, mayo 12, 2006

nada que decir más que Scheiße (mierda)


creyendo ingenuamente que la democracia y la modernización tercermundista mentirosa traerían consigo la tranquilidad del surgimiento de las diferencias sexuales, culturales y raciales, me sorprendo y al mismo tiempo asusto con el surgimiento de un movimiento nazi en este largo, estrecho (de mente) y retardado país al que, por razones que desconozco me tocó ser parido, pero por el cual siento el deber de luchar desde mi frente de batalla, la cultura, para así cambiarlo.

lamento profundamente que sigamos sorprendiénonos con cosas tan horrendas como el descubrimiento de nazis (gente inculta de ultraderecha que ni idea tienen de lo que significa ser nazi, ya que con plata de organizaciones internacionales les compran la mente haciéndoles creer que de verdad son importantes y que de verdad pesan más que cualquier cosa y así pueden matar e imponerse por la fuerza. pobre gente de mente estrecha que algún día quisieron ser alguien y que no les alcanzó para más que para ser marionetas de lunáticos), asi que mister lagos weber, su comunicado de los dados de baja en la escuela de suboficiles y de otras entidades del ejército me valen callampa, así como los mafiosos del gobierno que se pelean los cupos sin importarles el título, sino que el número de cámaras que tiene alfrente. hagan algo por favor antes que los lunáticos se enteren cómo matarnos a los colas del barrio alto.

que verguenza madame bachelet, en vez de dejarse besar en la mano en la viena ex hitleriana, haga una comisión como a usted tanto le gusta y empiece a educar a la gente para que no se crean el cuento de que son alemanes o algo así, cuando son pelotudos madame, esos que se creen de raza aria, cuando no se han leído ni medio manifiesto hitleriano y porfavor, de pasadita, hágale caso a Saramago y preocúpese de los mapuches y si quiere, haga también una comisión para ellos. mire que no bastan nazis, sino que un gobierno desinteresado para exterminarlos como lo están haciendo.

el gato y el niño


... y mientras manejaba semi dormido por Brown Norte, rumbo a la universidad, una mañana de martes cualquiera de día de smog de preemergencia capitalina, alcanzo a percatarme de que los autos que iban en mi dirección y en mi carril, empezaron a esquivar algo...

no podía distinguir qué era, hasta que llegué a él... frente a frente me econtré con un gato que, estirado de patas a cola, se posaba muerto sobre el carril con su lengua afuera y con un poco de sangre donde ahora no recuerdo...

alcanzo a divisar, gracias o por culpa de los 180 grados que alcanza a ver el ojo, a un niño de siete u ocho años que, caminando solo por la vereda, con su colación en una lonchera y una parka roja, caminaba en dirección hacia su colegio.

el niño, tras pasar por el lado del gato, paró, se aproximó y se quedó mirándolo por largo rato, mientras, a través de mi espejo retrovisor, ese cuadro de tristeza quedaba cada vez más en la distancia.

pude ver que el niño retrocedió unos pasos y siguió rumbo a su colegio y ahí quedaba el gato, muerto tras ser llorado por el niño, el cual de seguro en ese momento, se enfrentó por primera vez a la muerte.